Una forma de acceder al recinto es por la Puerta de las Granadas (subiendo desde plaza Nueva), otro acceso es por la Cuesta de los Chinos (al final del paseo de los Tristes):

El camino central, si se sube por la Puerta de las Granadas, es para transporte público, y llega hasta el Palacio de Carlos I. Andando se puede llegar hasta la Puerta de la Justicia (justicia para casos fáciles) [anteriormente la Bab Axarea, la Puerta de la Explanada, y en élla nunca se impartió justicia] que es de la época de Yusuf I, 1348. En el centro puede verse el relieve de una mano, sobre el 2º arco, el relieve de una llave. Esta simbología ha dado lugar a muchas explicaciones, aunque ninguna definitiva, una posible es explicarlo como una metáfora del conocimiento (la mano debe coger la llave que abre la puerta del conocimiento)

Se desemboca en una explanada llamada Plaza de los Aljibes, por estar encima de una serie de aljibes. A la derecha está la Puerta del Vino, que comunica la Alcazaba con la zona de palacios (los dos más famosos y mejor conservados son el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones).

Detrás de la Puerta del Vino, dejando a la derecha el Palacio de Carlos I, se accede a la zona de los palacios.

Cuando los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, conquistaron el reino de Granada, expulsaron al rey de Granada, Boabdil, quien triste por haber perdido lo que él llamaba «el paraíso terrenal». Y cuando ya se iba lloró delante de su madre mirando hacia atrás según se alejaba, hacia su Granada, y ella le dijo: llora como una mujer, lo que no supiste defender como un hombre.

En el camino hacia la costa granadina hay un puerto de montaña llamado «El Suspiro del Moro», nombre que se obtuvo de esta leyenda ya que desde este punto se puede observar toda la ciudad y la Alhambra a lo lejos, y desde donde se supone que paró Boabdil para admirar su reino perdido y no pudo evitar llorar. …

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